Imprevistos, cómo reaccionar ante ellos

Animales sueltos ago. 04, 2016

Existen múltiples situaciones e imprevistos, ajenos al conductor, que ocurren al manejar que pueden poner en riesgo la vida propia y la de terceros. Por eso hay que tener en cuenta algunos consejos a la hora de enfrentar estos momentos.

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Aunque los autos cada vez son más confiables, siempre existe la posibilidad de que fallen, como también hay múltiples factores externos que no se pueden controlar, y pueden poner al conductor ante momentos imprevistos en donde la reacción y la seguridad en el accionar son claves para evitar un accidente.

A continuación describimos una serie de situaciones, y cómo deberían ser sorteadas con el menor peligro tanto para los ocupantes del vehículo propio como para terceros.

IMPREVISTOS EXTERNOS

Imprevistos
Ante un pinchazo nunca hay que frenar violentamente
Foto: Google

Cuando se circula por rutas alejadas de las ciudades, se incrementa las probabilidades de encontrar animales sueltos. Las vías abiertas con gran campo visual permiten detectar el peligro antes de tiempo y poder disminuir la velocidad con mayor anticipación. Pero en el caso de estar envueltas en vegetación o viajar de noche ante el cruce de un animal grande (caballos y vacas pueden terminar dentro del habitáculo si son atropellados) habrá que pisar el freno y esquivarlo, siempre que no se ponga en peligro ni a peatones ni a otros vehículos cercanos, el ABS hace posible la maniobra de frenar y esquivar al mismo tiempo. Tenga en cuenta que a velocidades máximas (legales) hasta un animal pequeño puede causar graves desperfectos si es impactado.

El clima puede transformar el camino en un verdadero desafío. En el asfalto cuando llueve se puede generar el efecto aquaplaning o en regiones frías transformarse en planchas de hielo, en ambos casos hay que evitar las aceleraciones bruscas y tratar de mantener la trayectoria de vehículo hasta conseguir buena adherencia. En caso de transitar por ripio las zonas embarradas hay que encararlas a una velocidad constante sin muchos golpes del acelerador ni frenadas para evitar quedarnos enterrados. De ser posible hay que sortear la zona en línea recta y con el volante bien firme.

Otro inconveniente común es pinchar un neumático, en el momento que el conductor detecta (la dirección se pone más pesada y suele tironear hacia un costado) este problema, jamás hay que clavar los frenos ya que habiendo sólo tres ruedas con buen contacto se podría desequilibrar fácilmente el vehículo (incluso se puede volcar). El piloto deberá compensar la tendencia del auto a irse hacia el costado y desacelerar gradualmente hasta poder orillarse en la banquina o en una zona segura. Si la rueda afectada es una trasera la maniobra será más fácil, pero igualmente hay que tener precauciones.

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IMPREVISTOS MECÁNICOS

Imprevistos
En caso de incendio que no se puede controlar los bomberos serán la única esperanza
Foto: prensa Audi

Por otra parte están los imprevistos en donde la mecánica falla. Si el desperfecto ocurre en una zona peligrosa como en un cruce o en una curva cerrada y el auto no arranca, la maniobra, siempre que haya tiempo de acción, será poner tercera, darle contacto y avanzar a pequeños empujones hasta salir de esa sección. No es la mejor situación, pero bajarse a empujar o dejar el vehículo a la deriva podría tener consecuencias peores.

Si circulando por una ruta el motor se detiene de golpe, no solo se perderá reacción, sino que la dirección y el pedal de freno se endurecerán drásticamente (los sistemas hidráulicos o eléctricos cuando no están funcionando son difíciles de gobernar). En esta situación hay que aprovechar la inercia para salir de la vía hacia un lugar seguro. También hay que calcular que para frenar el vehículo se va a necesitar más distancia y pisar el freno con fuerza ya que el servo no estará funcionando.

Una de las situaciones que pueden comprometer todo el auto es cuando el motor se recalienta. Si el modelo tiene indicador de temperatura y vemos que este está superando el nivel normal se puede probar con encender el climatizador y viajar a velocidades bajas hasta una estación de servicio. Si la aguja sigue subiendo o si el testigo se prende, no hay dudas de que lo mejor es detener el auto lo antes posible en la banquina y pedir auxilio. Circular en estas condiciones puede fundir el motor.

Otra situación crítica es cuando empieza salir humo por el capot o por las mismas salidas de aire. Ante este improvisto hay que actuar velozmente, pero sin entrar en pánico. Lo primero es prender las balizas y detenerse en el lugar seguro para poder acudir al matafuego. Rápidamente hay que intentar abrir el capot con cuidado porque cuando ingrese aire el mismo avivará las llamas, por eso automáticamente habrá que rociar las zonas comprometidas, si tiene aislante seguramente el fuego también este allí.

Por último, ante un malestar grave, como mareo, perdida del equilibrio, síntomas de ataque cardíaco o de un posible desmayo, hay que poner rápidamente el pie sobre el freno e intentar ir hacia la banquina más próxima. El acompañante puede tomar el volante para asistir e incluso usar el freno de mano de ser necesario.

Si bien existen otros imprevistos, siempre se deberá actuar con tranquilidad para poder elegir la opción más segura.

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