Cómo enfrentar a la lluvia (parte I): Consejos para manejar en terrenos anegados

Varios países de América del Sur están siendo afectados por este fenómeno climático. Calles anegadas, vías de circulación interrumpidas y autos inundados forman parte del paisaje. En esta primera parte consejos para enfrentarlo de la mejor manera.

La lluvia es bendición, es un regalo del cielo, que calma el calor en verano y nutre la tierra del líquido vital durante todo el año. Pero cuando el caudal de las precipitaciones es exagerado y se mantienen en el tiempo, ya no son tan bienvenidas. Ciudades que no están preparadas para evacuar grandes cantidades de agua y servicios de asistencia que no están a la altura de las circunstancias, se transforman en un cóctel que puede ser peligroso. Muchas personas son evacuadas de sus hogares, y muchos de ellos pierden sus pertenencias entre las que también es necesario contar los automóviles.

Además, estas características climáticas demandan de una conducción diferente habida cuenta de las difíciles condiciones del terreno.

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Para realizar una conducción segura en días de lluvias y tormentas, es necesario considerar los siguientes ítems:

• Frenos. Transitar con precaución y a baja velocidad, aumentando la distancia de seguimiento entre vehículos, ya que por la baja adherencia del neumático y la calzada humedecida, los frenos pueden alterar su funcionamiento.

• Aquaplaning. La acumulación de agua en la calzada puede generar el llamado efecto aquaplaning, es decir, que el parche de contacto del neumático no desaloja el agua que se encuentra entre éste y el asfalto.

• Zonas altas. Una vez en el tránsito, se debe tratar de seleccionar vías de circulación o zonas más altas de la ciudad. Así, disminuimos la posibilidad de que a nuestro vehículo le ingrese agua por las tomas de aire del motor. Muchas veces si se transita por las calles cercanas a vías del tren el agua no llega a generar inundación, puesto que estos lugares son más altos que el resto de la ciudad. En zonas rurales, se debe circular por rutas o caminos principales, también autopistas.

• Vías dudosas. Cuando se circule por vías que tienden a inundarse, o si están anegadas, no avance. Trate de retomar hacia una vía alternativa. Pese a que uno conozca de memoria el lugar por donde transita (donde están los pozos, badenes, cordones, etc.), no se arriesgue. Muchas veces la cantidad de agua que se acumula supera ampliamente los límites de los elementos mecánicos. Pero también pueden surgir inconvenientes como, por ejemplo, quedar a la deriva o pasar por sobre una alcantarilla destapada, rompiendo piezas mecánicas. En caso de dudar si se puede traspasar o no el sector comprometido, vuelva marcha atrás y retome por otro lado.

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• Transporte alternativo. Utilice otras opciones de traslado. Si puede evitar circular en auto en una situación de caminos anegados, hágalo.

• Velocidad reducida. Los vehículos altos no están exentos de la inundación. Cuando avanzan en calles inundadas generan oleaje. Por eso se sugiere disminuir la velocidad para no afectar a otros vehículos de menor porte, o peatones en las cercanías de la calle. También las viviendas se pueden ver afectadas por la cantidad de agua que ese oleaje les hace llegar.

• Descender del vehículo. No se quede en el vehículo si este queda a la deriva. Ante la posibilidad de que su vehículo quede varado en un sector profundo, abandónelo y diríjase con rapidez al sector alto más cercano.

Fuente: CESVI

La lluvia puede provocar situaciones de riesgo en el tránsito urbano. La prudencia es buena medida para evitarlas.

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