Canapino y Ortelli le pusieron el moño a la fiesta de STC2000

Agustín Canapino ago. 02, 2016

Los 200km de Buenos Aires regresaron con todo al calendario del STC2000. Agustín Canapino invitó al ídolo de Chevrolet, Guillermo Ortelli, y ambos anotaron la primera victoria de GM en la temporada.

El regreso de los 200km de Buenos Aires, una carrera emblemática para el automovilismo argentino de la última época, ha significado continuar la misma senda que se ha empezado a recorrer con la espectacular carrera de Top Race en «El Zonda-Eduardo Copello» de San Juan una semana antes. Agustín Canapino invitó a Guillermo Ortelli y la pegó en un domingo inolvidable para todos.

Esta vez fue el STC2000, pero lo importante es recuperar esos eventos que han dejado a los aficionados siempre satisfechos. Una carrera más larga, con detención obligatoria en boxes para cambiar de piloto, un circuito con la historia del circuito nro 9 del autódromo «Juan y Oscar Gálvez» de la metrópolis porteña, y una lista de pilotos extranjeros como invitados, que le devolvió también un glamour especial. La mayoría brasileños provinientes del Stock Car, Daniel Serra con Norberto Fontana, Valdeno Brito con José Manuel Urcera, Ricardo Zonta con Esteban Guerrieri, Ricardo Mauricio con Facundo Chapur y Galid Osman con Damián Fineschi. A ellos, el único europeo, el extrovertido y divertido Tom Coronel, holandés que acompañó a Luciano Farroni en uno de los Peugeot 408 del equipo FE Peugeot Team de Rubén Salerno.

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UN EVENTO DE PRIMER NIVEL

Canapino y Ortelli
Se largaron los 200km con un marco imponente de público que soportó la lluvia.
Foto: Marcelo Ranea

Por más que el autódromo de Buenos Aires necesite mucha inversión en infraestructura y seguridad, correr en el circuito nro 9 ofrece un desafío que muy pocas pistas ofrecen: El curvón, Ascari y el Tobogán como curvas de alta velocidad. Los mixtos y la horquilla como las de más baja velocidad mínima. El cajón y el Ombú como curvas de velocidad media.

El público respondió a la cita, a pesar de un pronóstico que cumplió con una precisión suiza el horario en que comenzaría a llover sobre la carrera ya iniciada. Y así fue. Pero el público respondió a una convocatoria masiva como hacía mucho no se hacía, y soportó estóico el diluvio que puso en duda la posibilidad de continuar la carrera, contra la idea de detenerla y esperar una mejora climática para reiniciar.

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BRITO DEFENDIÓ LA PUNTA CON MUCHA HABILIDAD

Valdeno Brito nunca había corrido en el circuito nro 9 pero no pareció sentir la dificultad para entender el funcionamiento del Fiat Línea de José Manuel Urcera, que había marcado la Pole Position el sábado en la que también era su primera el mítico circuito nro 9.

Así el brasileño le presentó batalla a Guillermo Ortelli rápidamente cuando el invitado de Agustín Canapino pretendía pasar a la punta, y pudo resistir el puesto ante la cautela del argentino.

Pero pronto llegó la lluvia y complicó a todos. La parada obligatoria era muy avanzada la carrera, de modo que todos fueron a boxes antes de tiempo, para seguramente parar otra vez más adelante.

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CANAPINO Y ORTELLI FUERON IMPARABLES

Canapino y Ortelli
Guillermo Ortelli llevó el auto hasta la punta con un gran ritmo en el agua.

Foto: Marcelo Ranea

Cuando empezó la lluvia, Ortelli se pasó en la entrada a los mixtos, y perdió varias posiciones. Brito se iba adelante sin mayor resistencia, pero pronto llegarían malas noticias para el puntero, cuando se retrasó con problemas eléctricos que lo sacaron de carrera. Los Renault de Leonel Pernía y Facundo Ardusso crecían en la carrera, al igual que el de Christian Ledesma, piloto del SportTeam Renault. Los Toyota de Rafael Morgenstern, Esteban Guerrieri y Matías Rossi estaban entreverados y los únicos que no parecían tener la velocidad u oportunismo de encontrar su momento, los Peugeot Sport no sacaban a relucir sus laureles en mojado.

La carrera se desarrolló con esa lucha, la de Ortelli por recuperarse de un error caro como el del comienzo, pero con maniobras deliciosas para llegar a la punta con un Chevrolet Cruze que funcionaba cada vez más rápida, y los Toyota de Ponce de León y Antonio Pizzonia para que Matías Rossi y Esteban Guerrieri se acomoradan bien. Pronto se retrasarían los Renault de Pernía y Ardusso, y subirían Diego Azar con el Chevrolet de Manuel Mallo, y Matías Muñoz Marchesi con el suyo, que compartía con Augusto Scalbi.

Un trompo de un debutante en el tobogán, y el despiste de Ponce de León, Morgenstern y Chapur para esquivarlo, terminaron con las ilusiones se estos y ocasionaron una neutralización muy oportuna para los que debían cambiar piloto, y así fue como salieron a rematar la carrera.

Agustín Canapino nunca perdió la punta y liquidó la carrera como bien podría haber hecho mucho antes este mismo año. Los puntos lo ponen en la cima del campeonato, aprovechando que los Renault de Arusso y Pernía perdieron rendimiento en el agua, aunque sumaron bien de todos modos.

UN EVENTO QUE NO SE PUEDE PERDER

Más allá de todo, incluso de la lluvia y un problema serio en los nuevos motores Radical V8 que se estrenaban este fin de semana, y fallaron en 13 casos generando pánico y caos en un sábado de mucha acción hasta muy tarde en los boxes, la fiesta fue completa. Ver girar a José María López con un Citroën C-Elyseé muletto de WTCC puso de pie a las 45.000 personas que fueron a las tribunas, también sumó a un domingo emotivo.

Todas las categorías deben correr en Buenos Aires al menos una vez al año. El automovilismo, agradecido. ')}

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