La reina de Inglaterra no volverá a manejar un automóvil en su vida
Isabel II, la monarca más longeva en la historia de la corona británica, ha decidido dejar a un lado su afición por el volante. La reina no volverá a manejar, y perderá con ello, una de las actividades que más disfrutaba, pero que también le regalaba un poco de anonimato, ese que le fue negado desde muy joven, debido a su condición real.
Se sabe que la reina, de 92 años de edad, habría tomado esta decisión con poca disposición, pero siguiendo los consejos de su equipo de seguridad, quienes luego del accidente automovilístico sufrido por su esposo Felipe de Edimburgo el pasado 17 de enero, aconsejaron a su majestad, no volver a manejar.
La situación se complicó aún más cuando días después del accidente referido la reina Isabel II fue vista manejando su Range Rover sin colocarse el cinturón de seguridad sobre una carretera pública en Reino Unido. Por tal motivo la emperatriz dejará de manejar.
Los automóviles nunca han faltado en la corona británica, en el garaje del palacio de Buckingham, el castillo de Windsor, así como en el resto de sus propiedades reales se aglomeran una gran cantidad de vehículos de marcas como Jaguar, Land Rover y Rolls Royce.
Esta información también abre un debate antiguo sobre sí las personas de las tercera edad deben o no seguir manejando en vías públicas debido a la pérdida natural de sus habilidades que podrían poner en peligro a otros conductores.
Tanto en Reino Unido como en el resto de países europeos no existe un límite de edad para conducir, a pesar de que los mayores de 65 años están involucrados en uno de cada tres accidentes y en uno de cada 10 siniestros mortales según datos del DGT (Dirección General de Tránsito) con sede en Madrid, España.
Fotografía principal: Eddie Keogh / Reuters