Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer…y un gran auto
Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer…y un gran auto
A lo largo del Siglo XXI las tendencias se han transformado y el mundo palpita a un ritmo distinto. Se redefinen modas, estilos musicales y las formas de comunicarse. Instagram, Twitter, Facebook innovan constantemente ante usuarios y consumidores cada vez más exigentes y menos predecibles.
Sin embargo, dentro de esa vorágine comunicativa hay estándares, hábitos que permanecen igual y responden ciertamente al pasado. Desde el principio de la publicidad el hombre ha sido relacionado con el auto y la mujer. Dos símbolos constructivos que han logrado traspasar pantallas, banners o gráficas para convertirse en bastiones identificativos.
Por otro lado la mujer ha estado plasmada en un ámbito hogareño y de dispersión. La diferencia a la hora de retratar ambos géneros comienza desde los inicios de la publicidad por una cuestión elemental de distinguirlos.
Desde aproximadamente el 1850 la psicología se introduce en el campo de la publicidad. Es allí dónde halla los principales intereses del hombre: los autos y las mujeres. Desde aquel remoto siglo, respondiendo a un tipo de publicidad con un estilo romántico y colorido, aparecen afiches con estos dos elementos como cuestiones principales.
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Acorde a los resultados de un estudio realizado en la Princeton University y publicado en la revista American Journal of Sociology, “…Tener un auto aumenta un 2,6% la probabilidad de que un hombre se case por primera vez”.
En adhesión, acorde al medio Univision.com los hombres prestan mucha atención a la mujer y su relación con el auto. Estos son los 10 factores principales:
- Quién conduce
- Que preste atención
- Marca y modelo
- Posición de manejo
- El “estado” del auto
- El mantenimiento
- Que tenga combustible
- Independencia ante una emergencia
- El orden dentro del coche
- Nuevamente quién conduce
El medio ha citado que estos son los indicadores que un hombre tiene a la hora de juzgar a una mujer al volante. En tanto, revelaron que les es crucial que la mujer “se vea bien” cuando conduce teniendo también relevancia qué tipo de automóvil la acompaña.
Resulta una cuestión sociológica y psicológica el porqué se le otorga tanta importancia a estos elementos, pero es innegable que lo son. Una publicidad no es exitosa por las ventas que genera sino por el grado de identificación que logra, las ventas son más bien una consecuencia.
Desde hace siglos que la masculinidad viene relacionada al auto y a la mujer siendo, como se ha nombrado previamente, símbolos constructivos. Estos dos intereses han sido descubiertos en el día a día del hombre y llevados a la “pantalla grande”. No responden a construcciones ficticias sino a intereses genuinos del género masculino.
Es por ello que vale y es meritorio agregarle una segunda parte al famoso cliché: “Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer… y un gran auto”.