David Bowie: the greatest rider.

Bowie ene. 10, 2016

Hoy por la mañana el mundo se enteró de la muerte de David Bowie, quien tras 18 meses de lucha falleció víctima del cáncer. Bowie no fue sólo un símbolo del rock, sino también un actor reconocido y un ícono estético. Su pasión, conocida por todos, fue la música. Pero el “rey camaleón” tenía además otra pasión desconocida para muchos: los autos.

Bowie fue uno de los músicos y artistas más increíbles que hayamos visto. Genial y estrafalario, se convirtió en leyenda muy pronto y dejó su talento en cada escenario que pisó. Dejó un gran legado artístico y a sus 69 años, muchos pensamos que quedaba Bowie para rato. Sin embargo, justo a días del lanzamiento de su último disco, el hombre que diera vida a Ziggy Stardust falleció y la noticia dejó una estela de melancolía que tardará en disiparse. Bowie grabó más de 20 materiales y en cada uno de ellos se refleja la pasión que ponía en lo que hacía. Pero Bowie tenía una pasión que contrastaba con su paso por los escenarios: los autos.

Al amante de los autos

Imagen de Bowie junto a uno de sus Riley.
Imagen de Bowie junto a uno de sus Riley.

De acuerdo Ángela Barnet – primera esposa del músico – Bowie gustaba de los clásicos, en especial de los Riley. De hecho en su larga lista de temas, Bowie tiene uno que escribió inspirado en ellos: Rupert the Riley. Llegó a tener tres modelos de este auto: uno de 1.5 litros de los 50s y para el cual escribió la canción Rupert the Riley. Tuvo otro de 2.5 litros en color rojo y un Riley Gamecock de carreras de 1.100 cc con bastidores de madera, además de un Jaguar E-type 1967. De hecho Ian Callum, Big Cat’s Design Director y el hombre que revolucionó los diseños de Jaguar, menicona que Bowie definitivamente impactó su vida e influyó en sus diseños aunque no especifica cuales.

A Bowie le atraían también las motocicletas y tenía una Harley-Davidson Heritage Softail. Este modelo está equipado en su versión clásica con un motor de 1.600 cc, capaz de desarrollar 117 Nm a 3.200 rpm.

El músico sentíá atracción por las motocicletas.
El músico sentíá atracción por las motocicletas.

El Mecánico

Pero el músico no sólo era aficionado a los autos sino también a su funcionamiento y como tal, era muy hábil como mecánico. De acuerdo a Paul Trynka, uno de sus más recientes biógrafos, David Bowie era un aficionado realmente apasionado de los autos y de haber querido podría haberse dedicado a la mecánica sin ningún problema. Así mismo, Barnet menciona que cuando el músico “no estaba en el piano, estaba debajo del auto con su overol”.

El diseñador

Bowie siempre fue un artista, más que un músico, era un artista y siempre experimento con la estética y el diseño. De hecho con motivo del 40 aniversario de Mini, David Bowie diseñó en 1999 un modelo del legendario auto inglés. El músico presento una versión brillante, completamente metalizada del clásico compacto. Su modelo se expuso por tres semanas en el London Design Museum.

Mini Cooper con la huella de Bowie.
Mini Cooper con la huella de Bowie.

No es tan difícil pensar que Bowie pudiese ser bueno diseñando autos, pero cuesta pensar que el creador de Ziggy Stardust, ese con los cabellos rojos o el rostro maquillado, aquel que desfiló por pasarelas y actuó implecablemente en teatro y cine tuviese una pasión relacionada a la grasa y los motores. Cuesta imaginar a Bowie con herramientas e instrumentos, con medio cuerpo medito en la máquina o debajo de un auto reparando o reconstruyendo modelos clásicos con las huellas grasosas de su trabajo en forma de manchas en un overol.  Sin embargo, si Bowie era bueno para algo, era para sorprendernos y aunque su paso por este mundo haya terminado, estamos seguros que «el rey camaelón» no dejará de sorprendernos nunca.

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