Conducción autónoma: Nissan y Land Rover a la vanguardia
Primera vez, Nissan fabricará en serie un modelo con el sistema semi-autónomo ProPilot, mientras que Land Rover desarrolló una tecnología específica para situaciones de off-road: la conducción autónoma no detiene su paso.
Años atrás pensar en un vehículo que ofrezca conducción autónoma era una utopía. Sin embargo, las terminales han dado pasos agigantados en esta temática y hoy muchas de ellas comienzan a aplicarlas en sus modelos de serie.
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Tal es el caso de Nissan y Land Rover, dos marcas que pretenden ponerse a la vanguardia de los sistemas de conducción autónoma, al menos en los mercados más desarrollados.
Conducción autónoma: ¿Cómo funciona?
Nissan acaba de dar el golpe al incluir un sistema de conducción autónoma en uno de sus modelos de serie. Se trata del nuevo Serena, un monovolumen fabricado y comercializado únicamente en Japón, que se nutre del sistema bautizado como ProPilot. Básicamente, su objetivo es simplificar la tarea de los conductores en la ruta, ya que acelera y frena sin la intervención del piloto: funciona en trazados de carril único y a velocidades de entre 30 y 100 km/h.
El sistema de conducción autónoma ProPilot está compuesto por cámaras 3D con visión de 360 grados y sensores láser de última generación, que se ocupan de medir permanentemente miden la distancia entre el vehículo y otros objetos: a través de los parámetros identificados, el dispositivo mantiene una distancia prudente frente al auto que lo precede, con la capacidad de detenerse por completo automáticamente ante una eventual colisión.
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Desde Nissan apunta a que este sistema de conducción autónoma evolucione y ofrezca el reconocimiento de varios carriles para poder ser utilizado en las autopista más modernas. La marca nipona incluirá gradualmente el ProPilot en varios modelos, con la vista en 2020, donde planea llegar a desarrollar un sistema 100 % autónomo que pueda identificar intersecciones de calles, semáforos y trazados urbanos.
En tanto, Land Rover está desarrollando un sistema de conducción autónoma para situaciones off-road, que trabaja a través de un conjunto de sensores y radares que van analizando el terreno y detectan imperfecciones en la superficie.
Con el Terrain-Based Speed Adaptation, los vehículos de la marca podrían ajustar su comportamiento en función de cada circunstancia sin necesidad de que intervenga del conductor. Este dispositivo recrea al conductor en una pantalla 3D lo que las cámaras de 360 grados van identificando cuando el vehículo se encuentra ingresando en una zona de baches, empedrada o con mucha agua: en ese caso, el vehículo podrá adaptar automáticamente la velocidad, la tracción y la suspensión de acuerdo con la superficie.
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